Han pasado ya casi dos semanas desde Halloween, las calabazas
y los murciélagos de papel han dejado paso a los dulces navideños y las extravagantes
luces que ya cuelgan de farolas y calles, aunque claro siempre quedan rezagados
como yo que deciden que todavía es tiempo de pasar un mal rato viendo una película;
vengo a hablaros de Midsommar, una película realmente terrorífica.
Y es que Midsommar no es la típica película de
terror, de esas repletas de sustos innecesarios y muertes absurdas que provocan
más risa que auténtico miedo; Midsommar hace que en algunos puntos
te plantees seriamente apagar la pantalla, te hace sentir incómodo e incluso un
poco asqueado, son dos horas y media en las que demencia de la trama siempre va
en aumento; toda la película transcurre durante el día, esto se debe a que la
trama se desarrolla en una aldea de Suecia durante el solsticio de verano; los
protagonistas, un grupo de universitarios, viajan al lugar a pasar unas
vacaciones invitados por un amigo común, en la aldea todo es maravilloso, los
niños corretean y juegan descalzos por la hierba, la gente canta hermosas
melodías y bailan con ropas de tela blanca, impoluta; claro que, no es oro todo
lo que reluce…
Midsommar es una película repleta de simbología, que trata temas
controvertidos como la endogamia, la eutanasia o el consumo de drogas.
Abián Bordera Lima, 1º Bach A
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