Una visión propia sobre inmigración.
Con motivo de la participación de nuestro
instituto en el “Concurso
Coca-Cola Jóvenes Talentos de Relato Corto”, nuestro alumnado de 2º de la ESO ha
elaborado un relato de 300 palabras donde han dado una visión “literaria” sobre
el fenómeno de la inmigración. El texto de una de nuestras alumnas, Nayra Aleu
Jorge, ha sido seleccionado de entre todas las propuestas para representar a
nuestro centro en la Prueba escrita que tendrá lugar el sábado
13 de marzo de 10:00 a 12:00 horas, en formato online, con la participación de
distintos centros de Canarias. Te presentamos el relato que le ha valido a
Nayra su inscripción en el concurso:
- ¡No!
¡Te odio! - dijo el chico con lágrimas en los ojos.
Emil iba en un barco y le
gritaba a su padre que lo odiaba.
Minutos antes, su padre le dijo
de ir a montar en barco. Finalmente, solo Emil montó en este. Su padre le dijo
que ese barco lo llevaría a un lugar mejor.
Cuarenta y ocho horas después,
el barco atracó en una isla.
“Ballenas”, eso fue lo primero
que leyó al llegar, un cartel en el que ponía la palabra “ballenas”.
Emil vagó por el puerto de la
pequeña isla hasta encontrar el camino al pueblo. Al llegar sintió que todas
las miradas estaban fijas en él. A Emil le pareció normal, ya que por lo visto
todos en aquel lugar tenían el pelo grisáceo y ojos negros. Emil tenía el pelo
azul oscuro, ojos grises y la piel muy blanca.
A medida que pasaban los días,
Emil conocía a más gente. Pero lo único bueno de aquella isla eran las
ballenas. Cada día iba a verlas. Se metía en el mar a jugar con ellas y les
contaba lo diferente que era todo allí y cómo se sentía. Con ellas, se sentía
libre y seguro. No tenía que fingir ser quien no era. Pero con el tiempo, se
dio cuenta de que, para estar a gusto, tendría que afrontar sus miedos y ser él
mismo.
Cuando ya llevaba varios meses
siendo él mismo, la gente empezó a aceptarlo y tratarlo como un miembro más del
pueblo. Emil terminó sintiéndose querido; y con ayuda de las ballenas, niños
sin hogar fueron a esa isla para ser acogidos y recibir el hogar que
necesitaban.
(Este texto está dedicado a
todos aquellos niños que murieron en una patera y nunca llegaron a conocer a
las ballenas.)
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