EDUCACIÓN ON LINE

Nos encontramos ante una situación desconcertante que está perjudicando a la población en general, el confinamiento está limitando todos los sectores de la sociedad. Entre ellos, la educación, miles de estudiantes españoles estamos tratando de sobrellevar esta circunstancia mediante clases online. Aún así, un alto porcentaje de estos no dispone de los medios tecnológicos necesarios para abordar este acontecimiento. Por ello, nos preguntamos, ¿cómo debería actuar un estudiante que no posee estos recursos?, ¿es justo acotar su formación libre por su situación económica?

Por un lado, es un hecho innegable la posibilidad que existía hace unos meses de haber elaborado medidas para frenar esta enfermedad. Tanto es así que se podría haber prevenido parte de estos inconvenientes educativos o incluso evitado. El Estado, conociendo esta problemática, debería de proporcionar las medidas necesarias para que todos los alumnos puedan continuar con sus clases como si de forma presencial se tratara.

Por otro lado, es cierto que el mundo ha evolucionado a una era tecnológica que, en estas circunstancias, permite una relativa normalidad. Sin embargo, es egoísta pensar que todos disponemos de la capacidad económica para abastecernos de estos bienes, e incluso es más despiadado creer que una persona ha de estar limitada por su condición financiera. La educación pública tiene como principal objetivo proporcionar enseñanza sin distinción salarial o social y, como podemos observar en el movimiento actual, no es del todo cierto.

En conclusión, el Estado ha de involucrarse en el creciente problema y ofrecer material electrónico a todos aquellos que lo necesiten ya que es el único remedio que disponen para continuar su formación académica. Luchamos por una sociedad igualitaria y, aun así, cuando más ayuda se necesita es cuando más diferencias existen. Porque es así, no hay respuestas a las preguntas planteadas, vivimos en una sociedad de clases donde el rico puede adquirir la mejor educación aun siendo el que menos la merece.

Tecén Díaz Quintana 1º Bachillerato A