El coste de la vida
Antes
de terminar el año 2021, empezó la escalada de precios debida principalmente al
coste de la energía. Ya en el año 2022, los precios de la energía eléctrica y
de los combustibles, ha seguido escalando precios. Si a esto se le suma la
guerra en Ucrania y una huelga en el transporte en España, ha sido la tormenta
perfecta para la grave inflación a la que estamos sometidos.
La
pérdida de poder adquisitivo en las familias es cada vez mayor, ya que la
carestía de los productos de consumo ha subido mucho más del doble que la
subida de los salarios. Si comparamos los precios de hace unos meses hasta
ahora en el mismo supermercado, nos damos cuenta de las subidas desorbitadas de
los mismos. Debido a la huelga de transporte, se ha llegado al
desabastecimiento de productos frescos, pero claro está, los transportistas no
podían cobrar lo mismo de transporte de mercancías y además, se presentó de por
medio el abusivo precio del gasoil. No obstante, se ha llegado a un acuerdo
entre los transportistas y el gobierno para la reducción de precios en el
combustible.
Por
otro lado, no nos habíamos dado cuenta de que la mayoría de granos para las
harinas (pan, gofio, etc.) procedían de Ucrania, por lo que este aspecto no nos
ha favorecido desde ningún punto de vista. Los precios desorbitados del aceite
de girasol, por poner un ejemplo, se vieron favorecidos porque muchos
ciudadanos hicieron acopio de cantidades abusivas de aceite, sin pensar un poco
en los demás. Lo que pasó en su momento con el papel higiénico al comienzo de
la Covid-19, se repite ahora con el aceite de girasol, y en general con todo.
La
luz y los combustibles, que son de uso diario, empobrecen más a los menos
favorecidos, por lo que la clase media, si sigue esto así, dejará de existir,
es decir, los pobres cada vez serán más pobres, y los que son de un estatus
social más alto, no les estorbará tanto esta subida de precios. La comida es
una necesidad diaria y desafortunadamente, es lo que más ha subido, al igual
que los combustibles. Por ejemplo, un pantalón o una camisa dura lo que tenga
que durar, sin embargo, la comida, la luz y el transporte, es una necesidad
diaria.
En
conclusión, se espera pacientemente en un final a esta grave situación que nos
afecta a todos, para que finalmente vuelva todo a la normalidad, o que por lo
menos haya un equilibrio que no afecte tanto esta situación en general.
Elisa Rostro García, 1º Bach A
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