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jueves, 28 de mayo de 2020

ESTUDIANTES DE 1º BACHILLERATO CUENTAN SU EXPERIENCIA

 La educación en la cuarentena 

En la actualidad estamos viviendo algo nuevo, una situación un poco inesperada, o al menos para mí, ya que como comprenderán en mis planes para este 2020 no entraba vivir una pandemia mundial por culpa de un virus. El coronavirus ha cambiado nuestras vidas, nuestra normalidad, llevamos confinados en cuarentena más de 70 días. El estado de alarma y las medidas de confinamiento en España comenzaron el pasado 15 de marzo. Me acuerdo que fue un jueves el último día que asistí al instituto, nunca me imaginé que esa iba a ser la última vez que iría a clases, yo, ilusa, pensé que solo iban a ser 15 días, pero por desgracia no fue así. A pesar de esto las clases debían seguir de alguna manera, el virus nos afectó a todos, incluyendo a la educación, pero el quedarse en casa no servía como excusa, no podíamos permitirnos también perder el tiempo con esto, así que la educación siguió, pero de una forma un poco diferente a cómo estábamos acostumbrados, a distancia.

Antes de vivir esta situación, del "cibercole", nunca había experimentado la educación a distancia, aunque en mi cabeza sí tenía más o menos una  idea de cómo era, es decir, sabía que no existe la necesidad de poder estar en una clase presencial para poder cursar algún tipo de materia o de grado académico. Sé que se puede aprender a distancia. Algo que tenía claro es que con esta situación iba a tener mucho tiempo para mí, esa es una de las principales ventajas que le encuentro a la educación a distancia, ya que antes las clases presenciales me cogían 6 horas diarias de mi vida y en cambio ahora solo suelo tener como mucho 3 horas de "videoclases" al día. Por lo tanto, me sobra mucho más tiempo para dedicarlo a hacer las tareas y trabajos que van mandando por el correo o por las aulas virtuales. Y no es sólo ahorrar tiempo, ya que no tenemos que desplazarnos para asistir a las clases, sino también dinero, ya que al estar recibiendo la educación en casa no gastamos dinero en transporte y alimentación, lo que significa que la educación a distancia, por lo general, es mucho más barata para el alumno que un curso presencial.
 Otra ventaja de dar clases online, es que es más cómodo, por ejemplo puedes hacer la videollamada desde tu cama si no es necesario activar la cámara, debido a que las clases escogidas son online. El alumno tiene esa flexibilidad de estudiar desde donde quiera, siempre que tenga acceso a Internet para visualizar el contenido ofrecido por el profesor, al igual que para cambiar a la siguiente clase solo tiene que ir al otro enlace, no tiene que moverse del sitio, antes teníamos que movernos del aula para ir a la otra clase. Además, al no tener que trasladarse a una institución educativa, los alumnos podemos elegir el horario más adecuado para estudiar, es decir, si tengo videollamada por la mañana, las otras tareas las puedo hacer por la noche. Es decir que cuando hacemos un curso presencial, las clases ya están preestablecidas con una determinada carga lectiva, lo que significa que necesitamos dividir la atención entre diversos contenidos diferentes, y tenemos que hacer lo posible, e imposible, para dedicarte a todos ellos de la misma manera.
Las videollamadas son una excelente herramienta de comunicación, ya que favorece la conversación o debate y por lo tanto impulsa la capacidad de generar aprendizaje, es ideal para practicar idiomas, habilidades sociales, oratoria, etc. Al igual que también favorece el trabajo colaborativo, gracias a su componente comunicativo y a la posibilidad de compartir y visionar documentos conjuntamente, los estudiantes podemos aprender cooperativamente.

La educación a distancia al ser un modelo de enseñanza y aprendizaje online, en el que todos los procesos se hacen a partir de los recursos tecnológicos disponibles, entre ellos Internet y las distintas herramientas virtuales que facilitan la transmisión de contenidos, la principal desventaja es que entonces solamente pueden obtener este tipo de educación las personas que tiene acceso a esas tecnologías. Por desgracia, no es accesible para todo el mundo, muchas personas carecen de estos privilegios, por lo que dar una educación a distancia sería injusto para esas personas sin los recursos necesarios. Aunque este gran problema también se puede solucionar, como por ejemplo haciendo lo que ha hecho mi instituto, el IES San Benito, que aún estando en confinamiento ha cooperado con los organismos públicos durante la crisis del Covid19 mediante la elaboración de material sanitario y el reparto de tablets a los alumnos del centro con escasez de recursos. También ahora, que podemos salir de casa, el instituto ha habilitado un sistema con citas previas para que el alumnado que más lo necesite pueda recoger en el centro recursos digitales.

Para concluir, ahora que he experimentado este tipo de educación puedo afirmar, desde mi punto de vista, que la educación a distancia no será mejor ni igual como una clase presencial, ya que no se siente el calor de mis compañeros y del profesor. No hay ese feedback necesario, lo que me recuerda  lo que sucede con las redes sociales y las relaciones, que están bien, pero que nunca serán mejor que entablar una relación cara a cara.
La educación a distancia tiene sus ventajas y desventajas, pero ante esta situación nueva, de pandemia, pienso que es oportuno aprovechar todos los recursos que se tienen para poder seguir educando a la sociedad y no permitir que la educación también entre en cuarentena como lo hemos estado estos últimos meses.


Jasmina Báez Felipe.


 

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