domingo, 31 de mayo de 2020

ESTUDIANTES DE 1º BACHILLERATO CUENTAN SU EXPERIENCIA


El tiempo del confinamiento

Desde el día 15 de marzo que se declaró el estado de alarma y por lo tanto, entraron en vigor las medidas de confinamiento, han surgido varios temas que nos han dado qué pensar de la situación actual. Todo este largo periodo no ha sido fácil, hemos tenido que pasar por diversas dificultades para sobrellevar esta pandemia mundial, pero dentro de lo que cabe nos ha ayudado a ver las cosas desde otra perspectiva más positiva.  A continuación, intentaré dar respuesta a las siguientes cuestiones: ¿La cuarentena ha sido tan mala después de todo?, ¿volveremos a la normalidad?, ¿deberíamos saludar a la gente de confianza con un abrazo en vez de mantener la distancia?

Al principio de la cuarentena, estaba tranquilo, pensando que todos y todas nos tomaríamos las medidas del gobierno de forma tajante y así volver en cierto modo a la normalidad, pero con las medidas iniciales no tan severas, se vio que no se contuvo la propagación del virus y el gobierno tomó medidas más drásticas, para intentar controlar el incremento de contagios y muertes. A medida que avanzaban los días, intentaba encontrar alguna cosa en la que entretenerme, viendo la tele, leyendo, jugando con videojuegos… pero seguía estando aburrido a la vez que cansado de no hacer nada productivo y me hice una pequeña rutina para mantenerme ocupado. Después de casi un mes encerrado, sentí cierta ansiedad, ya que nunca había estado tanto tiempo sin salir de mi casa, sumado a que vivo en un piso y la falta de un espacio abierto, como un jardín se nota en estas situaciones. Además, mis padres tuvieron que trabajar durante todo este periodo de cuarentena, menos mal que tengo una hermana y mi abuela que vino de Gran Canaria, porque si no lo hubiera pasado mucho peor. Según pasaban los días me fui dando cuenta de la dimensión de esta pandemia, pues el número de afectados y fallecidos por las consecuencias provocadas por el virus iba aumentando de forma exponencial. En ese momento, observé que los más vulnerables a esta infección eran nuestros mayores, siendo el porcentaje de mortalidad en el grupo de edad mayor de setenta años muy alto. Además, como nosotros los jóvenes no somos de riesgo, pero sí podríamos ser asintomáticos y ser vectores de transmisión, debíamos ser solidarios con aquellas personas más débiles, cumpliendo de la mejor manera posible el confinamiento.

A fin de cuentas, me he adaptado y he hecho muchas cosas productivas, como conocer a mis vecinos mejor, a algunos de ellos ni los conocía. Me he enriquecido de numerosas anécdotas de mi abuela cuando era joven, que si no fuera porque estuvimos en confinamiento nunca me las hubiera contado. He hecho deporte aunque dentro de mis posibilidades, ya que suelo trabajar con ejercicios aeróbicos en los que necesito espacio. Además, creo que muchos países han dado a conocer un estilo de vida más saludable y sobre todo más limpio, como en el caso de los canales de Venecia, normalmente atestados de turistas en góndolas y la contaminación causada por los motores de las lanchas, ahora lucen aguas más claras y transparentes donde se puede ver absolutamente de todo, incluso los residentes más veteranos que se arriesgaron a salir de sus casas y pudieron observar el magnífico panorama de la ciudad. Dijeron que las aguas se veían tan limpias como en el período de la posguerra, cuando aún era posible bañarse en los canales.

Completamente seguro de cómo estaba la situación, seguí investigando en internet sobre ello, aunque me gusta ver las noticias, donde me pueden dar los datos necesarios para satisfacer mi necesidad de informarme sobre el estado de nuestro país, las quito ya que cada vez que hablan sobre el tema me pongo nervioso, porque en mi opinión exageran de forma verbal la situación. No obstante, hasta que no tengamos una vacuna efectiva y probada para no dañar la salud de ninguna persona, no es seguro que podamos seguir con nuestra vida anterior a la cuarentena.

En conclusión, aunque ha sido y está siendo un gran problema desde el punto de vista sanitario y económico, esta pandemia provocada por el COVID-19 en algunos aspectos nos ha enseñado a descubrir facetas de nuestra vida que probablemente no hubiéramos experimentado. Aunque ya podemos salir de forma regular y relacionarnos con los demás, no debemos bajar la guardia pues en cualquier momento podría reaparecer el problema y causar daños inimaginables. Por último, se debe  recordar las premisas que pueden acompañarnos durante bastante tiempo todavía:  dos metros de distancia y lavarse las manos frecuentemente.


Carlos Viera Sánchez  1º Bach. B

viernes, 29 de mayo de 2020

ESTUDIANTES DE 1º BACHILLERATO CUENTAN SU EXPERIENCIA


La educación a distancia

Hace casi tres meses que el mundo iba a vivir una situación excepcional para todos, algo nunca visto y que no creo que vayamos a volver a ver, una pandemia mundial. En nuestro país nos vimos obligados a confinarnos en nuestras casas, sin salir nada más para hacer la compra y trabajar si eras personal esencial. El día 14 de marzo el gobierno español declaró el estado de alarma en nuestro país, en principio durante 15 días, los cuales terminaron siendo dos meses y medio.

Con el estado de alarma se dieron muchos problemas para la población de todo el mundo, la economía de las empresas y de los mismos gobiernos, la sanidad tanto pública como privada, y obviamente, la educación de nuestros niños y jóvenes.

Yo, como una joven que se encuentra cursando 1º Bachillerato, me he cruzado con varios inconvenientes a la hora de tener educación a distancia. El principal, es la falta de concentración, no es lo mismo estar en una clase presencial que estás pendiente del profesor, mantienes una conexión visual con él, o te llama la atención cuando te despistas lo más mínimo, a estar en tu casa en una clase virtual que el profesor, a veces, ni te ve ni te oye. Te despistas con cualquier cosa, o entra tu madre al cuarto, o te pones con el móvil, al no poder concentrarte ya que realmente solo estás escuchando una pantalla.

Otro de los mayores inconvenientes es la salud de los jóvenes derivada de esta situación. No dejamos de estar pegados a una pantalla todo el día, ya sea en una clase virtual o haciendo las tareas para envíarlas a los profesores. Y eso, poco a poco, va dañando nuestra vista, y obviamente también la del profesorado.

Y el último inconveniente es que obviamente no todas las personas tienen los mismos medios para conectarse a las clases virtuales o a hacer las tareas vía digital, ya sea porque no tienen dispositivos tecnológicos o no tienen internet en sus casas, lo cual es lo primordial para la educación a distancia.

En cuanto a las ventajas, la principal es que tanto profesores como alumnos estamos aprendiendo mucho a nivel informático y tecnológico, a pesar de que últimamente sí es verdad que algunos profesores utilizan más las tecnologías.

 Otra ventaja, que a lo mejor para algunos se convierte en inconveniente, es los horarios. No tienes que levantarte a las 7 de la mañana para entrar a clase a las 8 y cuarto, puedes dormir un poco más. También las fechas de entrega de las tareas. Te ponen una semana para hacer la tarea, y para mí eso es algo bueno, ya que no me agobio tanto, me organizo la semana para hacer todas las tareas de las asignaturas que sean. Pero también entiendo que haya gente que no sepa organizarse y las fechas de una semana no sean lo conveniente para ellos y prefieran que la tarea sea como cuando estamos en clase, a veces de un día para otro.

En conclusión, esta pandemia mundial nos ha afectado a todos en muchos ámbitos: educación, sanidad y economía.  Somos los jóvenes los que nos hemos visto muy afectados, y todavía queda mucho tiempo hasta que la educación, y nuestros estudios, vuelvan a la normalidad.


Claudia Díaz 1º C


jueves, 28 de mayo de 2020

ESTUDIANTES DE 1º BACHILLERATO CUENTAN SU EXPERIENCIA

 La educación en la cuarentena 

En la actualidad estamos viviendo algo nuevo, una situación un poco inesperada, o al menos para mí, ya que como comprenderán en mis planes para este 2020 no entraba vivir una pandemia mundial por culpa de un virus. El coronavirus ha cambiado nuestras vidas, nuestra normalidad, llevamos confinados en cuarentena más de 70 días. El estado de alarma y las medidas de confinamiento en España comenzaron el pasado 15 de marzo. Me acuerdo que fue un jueves el último día que asistí al instituto, nunca me imaginé que esa iba a ser la última vez que iría a clases, yo, ilusa, pensé que solo iban a ser 15 días, pero por desgracia no fue así. A pesar de esto las clases debían seguir de alguna manera, el virus nos afectó a todos, incluyendo a la educación, pero el quedarse en casa no servía como excusa, no podíamos permitirnos también perder el tiempo con esto, así que la educación siguió, pero de una forma un poco diferente a cómo estábamos acostumbrados, a distancia.

Antes de vivir esta situación, del "cibercole", nunca había experimentado la educación a distancia, aunque en mi cabeza sí tenía más o menos una  idea de cómo era, es decir, sabía que no existe la necesidad de poder estar en una clase presencial para poder cursar algún tipo de materia o de grado académico. Sé que se puede aprender a distancia. Algo que tenía claro es que con esta situación iba a tener mucho tiempo para mí, esa es una de las principales ventajas que le encuentro a la educación a distancia, ya que antes las clases presenciales me cogían 6 horas diarias de mi vida y en cambio ahora solo suelo tener como mucho 3 horas de "videoclases" al día. Por lo tanto, me sobra mucho más tiempo para dedicarlo a hacer las tareas y trabajos que van mandando por el correo o por las aulas virtuales. Y no es sólo ahorrar tiempo, ya que no tenemos que desplazarnos para asistir a las clases, sino también dinero, ya que al estar recibiendo la educación en casa no gastamos dinero en transporte y alimentación, lo que significa que la educación a distancia, por lo general, es mucho más barata para el alumno que un curso presencial.
 Otra ventaja de dar clases online, es que es más cómodo, por ejemplo puedes hacer la videollamada desde tu cama si no es necesario activar la cámara, debido a que las clases escogidas son online. El alumno tiene esa flexibilidad de estudiar desde donde quiera, siempre que tenga acceso a Internet para visualizar el contenido ofrecido por el profesor, al igual que para cambiar a la siguiente clase solo tiene que ir al otro enlace, no tiene que moverse del sitio, antes teníamos que movernos del aula para ir a la otra clase. Además, al no tener que trasladarse a una institución educativa, los alumnos podemos elegir el horario más adecuado para estudiar, es decir, si tengo videollamada por la mañana, las otras tareas las puedo hacer por la noche. Es decir que cuando hacemos un curso presencial, las clases ya están preestablecidas con una determinada carga lectiva, lo que significa que necesitamos dividir la atención entre diversos contenidos diferentes, y tenemos que hacer lo posible, e imposible, para dedicarte a todos ellos de la misma manera.
Las videollamadas son una excelente herramienta de comunicación, ya que favorece la conversación o debate y por lo tanto impulsa la capacidad de generar aprendizaje, es ideal para practicar idiomas, habilidades sociales, oratoria, etc. Al igual que también favorece el trabajo colaborativo, gracias a su componente comunicativo y a la posibilidad de compartir y visionar documentos conjuntamente, los estudiantes podemos aprender cooperativamente.

La educación a distancia al ser un modelo de enseñanza y aprendizaje online, en el que todos los procesos se hacen a partir de los recursos tecnológicos disponibles, entre ellos Internet y las distintas herramientas virtuales que facilitan la transmisión de contenidos, la principal desventaja es que entonces solamente pueden obtener este tipo de educación las personas que tiene acceso a esas tecnologías. Por desgracia, no es accesible para todo el mundo, muchas personas carecen de estos privilegios, por lo que dar una educación a distancia sería injusto para esas personas sin los recursos necesarios. Aunque este gran problema también se puede solucionar, como por ejemplo haciendo lo que ha hecho mi instituto, el IES San Benito, que aún estando en confinamiento ha cooperado con los organismos públicos durante la crisis del Covid19 mediante la elaboración de material sanitario y el reparto de tablets a los alumnos del centro con escasez de recursos. También ahora, que podemos salir de casa, el instituto ha habilitado un sistema con citas previas para que el alumnado que más lo necesite pueda recoger en el centro recursos digitales.

Para concluir, ahora que he experimentado este tipo de educación puedo afirmar, desde mi punto de vista, que la educación a distancia no será mejor ni igual como una clase presencial, ya que no se siente el calor de mis compañeros y del profesor. No hay ese feedback necesario, lo que me recuerda  lo que sucede con las redes sociales y las relaciones, que están bien, pero que nunca serán mejor que entablar una relación cara a cara.
La educación a distancia tiene sus ventajas y desventajas, pero ante esta situación nueva, de pandemia, pienso que es oportuno aprovechar todos los recursos que se tienen para poder seguir educando a la sociedad y no permitir que la educación también entre en cuarentena como lo hemos estado estos últimos meses.


Jasmina Báez Felipe.


 

miércoles, 27 de mayo de 2020

ESTUDIANTES DE 1º BACHILLERATO CUENTAN SU EXPERIENCIA

EL CONFINAMIENTO. VENTAJAS E INCONVENIENTES

No podría encontrar las palabras exactas para describir este periodo de confinamiento en lo que a lo personal se refiere. Sin embargo, sí puedo asegurar que, como para millones de personas en el mundo, ha supuesto un gran reto. 
La confusión, el miedo, la incertidumbre, la tristeza, la frustración, la impotencia, el estrés, el agobio, la ansiedad, la sensación de soledad... son emociones comunes e inevitables en estos tiempos, y sin duda, una de las mayores dificultades en el confinamiento. Todas ellas han afectado, en mayor o menor medida a la salud mental de muchísimas personas, derivando en numerosas ocasiones en problemas de concentración, de sueño, y generando obstáculos para seguir llevando una vida “normal”. 
Otra gran dificultad a la que hemos tenido que enfrentarnos es la convivencia. En muchísimas familias, esto ha resultado un grave problema. Pasar de verse 3 o 4 horas al día, o incluso menos, a estar juntos las 24 horas, puede originar roces, malestar, malentendidos y conflictos. Un estudio demuestra que durante los últimos dos meses, el confinamiento ha sido el principal motivo de divorcio y separaciones. 
Además, el teletrabajo y el tele-aprendizaje al que nos hemos tenido que enfrentar puede resultar algo muy difícil para muchísimas personas. No todo el mundo cuenta con un lugar adecuado para estudiar o trabajar, teniendo que hacerlo en espacios muy limitados y/o con ruidos. Para muchos otros, hacerse cargo de los niños en el mismo lugar en que trabajan puede llegar a ser una tarea complicada y estresante. 
Por otro lado, y aunque pueda no parecerlo, el confinamiento tiene algunos aspectos positivos. Aunque suene contradictorio, puesto que anteriormente hablé de los problemas de convivencia, el confinamiento es una oportunidad para mejorar las relaciones familiares. Pasar más tiempo juntos puede ayudar a conocernos mejor, comunicarnos más y más respetuosamente y estar más unidos. 
Sin duda alguna, este periodo de aislamiento social nos ha servido para reflexionar sobre nuestra vida. Con ello nos hemos dado cuenta de todas las personas y cosas que echamos de menos. Algo tan simple como el día a día, un café en un bar, el sonido del mar, la risa de un ser querido. Por eso creo firmemente que esto ha hecho que nos demos cuenta de lo afortunados que somos y valorar mucho más lo que tenemos. 
Otro aspecto positivo que puedo sacar de todo este tiempo es el reencuentro con uno mismo. Muchas veces, debido al estrés y las prisas del día a día no disponemos de tiempo para dedicarle a las cosas que verdaderamente nos gustan y nos llenan, como puede ser pintar, dibujar, tocar un instrumento, leer, cocinar... Creo que esta ha sido una oportunidad de oro para retomar todas esas actividades, debido a todo el tiempo que tenemos. 
Por último, pienso que uno de los aspectos más positivos del confinamiento, y más a nivel ambiental que personal es el considerable descenso de la contaminación. Las carreteras y calles de las ciudades han estado prácticamente libres de tráfico y de personas, además de una notable reducción del ruido. Un estudio de la Universidad Politécnica de Valencia afirma que el dióxido de nitrógeno, uno de los elementos responsables de la contaminación en el aire, ha bajado una media de 53% en toda España. 

En resumen, el confinamiento tiene inconvenientes como la carga emocional que supone, posibles problemas de convivencia y dificultades para conciliar la vida laboral o estudiantil con la familiar, pero de la misma manera tiene aspectos positivos como lo son pasar tiempo de calidad en familia, reencontrarse con uno mismo y valorar más las cosas de nuestra vida, además de una gran ventaja para el medio ambiente que es el descenso de la contaminación. 

Gabriela Panizo, 1º Bachillerato D

jueves, 14 de mayo de 2020

PREMIADOS EN EL CONCURSO LITERARIO "SAN BENITO, 2020"


Reunido el Departamento de Lengua castellana y Literatura del IES San Benito el 12 de mayo de 2020 deciden otorgar los siguientes premios del concurso literario:

CATEGORÍA 1º y 2º ESO

Amy Marrero Viera de 1º ESO B con el poema  “Mi ángel rojo”

CATEGORÍA DE 3º, 4º ESO y FPB

Haridian López Cabrera de 4º ESO A con el relato “Historias del mar”

CATEGORÍA BACHILLERATO

Estela López de la Paz de 1º Bachillerato B con el poema “La rosa”

En esta categoría hacemos mención especial, por su calidad literaria, a los poemas “Nueva esperanza” de Daniel González Hernández  de 1º Bachillerato A, y “ Algo dentro de mí” de Brian Pérez Pérez de 1º Bachillerato C

¡Muchas felicidades a los galardonados!



MI ÁNGEL ROJO

Mi ángel rojo baja del cielo
y cuida la tierra de mi mundo

Mi ángel rojo con su canto
el prado  nunca está moribundo

Mi ángel rojo con sus lágrimas
la tierra nunca está seca

Si al menos pudiera verlo una vez
 le diría con los brazos abiertos
 por tu memoria yo velaré

Oh, mi ángel rojo
de corazón puro y
amor hermoso

                                                                         Amy Marrero Viera 1ºB          

“Historias del mar”

Dedicada a Quico El Fuelle, cuya historia llegó hasta mí.  In memoriam. 

Aún recuerdo cuando estaba allí, con la continua brisa del mar incidiendo sobre mi rostro y amenizando el calor de un cielo despejado. Eran viajes largos: meses sobre cubierta y escasez de cosas por hacer. Buscábamos entretenimiento en conversaciones que, aunque el tema fuera banal, nosotros hacíamos interesantes, y no sabría decir si era así por nuestro empeño o por el silencioso aburrimiento que las sustituiría si no las continuábamos. Eran charlas sencillas y para nada técnicas, después de todo muchos de nosotros estábamos allí desde que habíamos dejado la escuela a los 8 años, y nos basábamos en el conocimiento dado por la rutina. Mujeres, familia, pesca: cuántos kilos se habían cogido esa vez, quiénes estaban en aquella otra, en qué mes había sido, si fue un día de buen tiempo o no...siempre discutiendo por saber qué recuerdo y qué memoria estaba más en lo cierto. 
Por eso, la emoción y la euforia eran palpables cuando, tras semanas con la única visita que unas gaviotas nos podían dar, divisábamos un nuevo barco que se encontraría con el nuestro. Exclamábamos y corríamos hasta la proa para inclinarnos amontonados sobre ella, poco importaba que el mar avisara de su peligro balanceándonos constantemente. El miedo de caernos había desaparecido hacía ya mucho. 
-¡Barco a la vista! -gritaban algunos alegres para los rezagados que no estaban enterados.
-¡Es el Ascención!
-¡No, qué va!¡Es El Salvador!
La reunión se hacía presente y la distancia entre embarcaciones era lo de menos. Intentábamos abarloarnos y nos llevábamos las manos alrededor de la boca para vociferar las noticias recientes llegadas en carta a desconocidos, amigos, hermanos y familiares. “¡Dice mamá que no te tardes en volver!”, “¡Por el norte llegamos a ver toninas!”, “¡Dile a Domingo que ya es abuelo!”. Aunque,  otras noticias siempre era difícil darlas, como la muerte de un familiar, tergiversada entre frases como “tu padre está muy grave” , pues sabíamos que de nada servía contar la realidad cuando nos encontrábamos a kilómetros de nuestras islas y el hogar. 
Era una vida complicada. Llegabas a sentirte fuera de lugar cuando, después de 3 o 9 meses, incluso un año, volvías a tu casa y veías grandes diferencias que para otros se habían vuelto normales con el pasar de los días. Como les pasaba a esos próximos padres al zarpar que cuando terminaban su travesía sostenían a su hijo llorando por el abrazo de, lo que el pequeño consideraba, un desconocido. Era extraño, como una doble vida entre el mar y tierra firme.
A pesar de ello, el momento no era menos esperado o deseado. Quizás, la ilusión residía con mayor magnitud en el intercambio, ese que nos permitía renovar nuestra diversión por las siguientes semanas. Nos hacíamos llegar alimentos, notas, cigarrillos y demás objetos lanzándolos con la esperanza de que acabasen en el otro lado. 
Confiábamos en que también recibiríamos lo que pedíamos, y no salíamos decepcionados. Pero, más concretamente, ese interés se fijaba en el intercambio que nosotros considerábamos más importante: los libros. 
Nuestra principal fuente de entretenimiento era esa después de todo. Nos acomodábamos y escuchábamos las peripecias del nuevo protagonista de la voz de nuestro narrador en completo silencio. Dominábamos el arte de la pesca, el viento y la marina, pero desconocíamos lo que comprender la letra significaba. No sabíamos leer ni escribir, y quien sí sabía era el encargado de amenizar nuestras tardes y noches con las novelas que en algún momento fueron leídas en otra tripulación. Era tal nuestro afán por conocer nuevas historias que nos recorríamos los pueblos en los que atracábamos en busca de un mercadillo.
Aunque, como en toda reunión, las preferencias y los debates no se hacían de esperar. Había hecho falta varias mesas redondas a la luz de la luna para llegar a la conclusión de que el viejo oeste era nuestra temática preferida. Nos exaltábamos y reíamos triunfantes al escuchar que el héroe forastero salía nuevamente airoso de la batalla con una clara victoria. Pero grande era nuestra decepción cuando en los trueques nos cambiaban nuestras intensas aventuras por novelas románticas carente de acción. Algunos fruncían el ceño y se cruzaban de brazos al saberse engañados. Otros, los más ancianos, se levantaban indignados y, con una mueca e insultos entre dientes, abandonaban la sesión de lectura. Era finalmente la capacidad de improvisación del narrador que convertía una dramática escena de despedida en una ardua lucha entre el enemigo y el caballeroso protagonista. 
-Pero entonces, al desviar su mirada se cruzó con el dueño de sus pesadillas. ¡El malvado Rick volvía a por venganza! - y con eso, conseguía que los más viejos volvieran a sentarse con una sonrisa satisfactoria y que la atención se mantuviese presente. 
Esos libros eran, por predecibles que fuesen sus finales, los que alegraban nuestras tardes. Éramos adultos desde temprana edad, y eso indicaba lo dura que había sido nuestra vida. Sin embargo, y ya acostumbrados a la lejanía de lo amado, nos permitíamos liberarnos de nuestras cargas y sumergirnos en las memorias de un ser ficticio. Fue ahí cuando supe de la verdadera belleza de la lectura, y prometí hacia mis adentros que en el futuro podría comprobarlo de primera mano. A día de hoy, al caminar entre los puestos del enérgico mercadillo, me detengo y observo los títulos que me llevan de vuelta a aquellos años. No lo pienso, lo cojo y lo atesoro en mis manos dispuesto a recordar entre sus páginas, ahora que, aunque tarde, puedo hacerlo por mí mismo.
En eso consistía cierta parte de nuestra historia. Rutinaria travesía en alta mar en la que se concedía soñar con volver nuevamente a donde una vez fuimos niños. Acompañados de iguales con distintos pueblos pesqueros a los que añorar y deseosos de explicarles a nuestras familias, una vez en casa, con quiénes, cuántos kilos y si hizo buen tiempo o no.

                                                                Haridian López Cabrera, 4ºA
                              ​   ​ 
LA ROSA

Escuchando el fiel susurro
 de ese viento turbulento
 recuerdo el dulce olor
 del perfume de tu cuello.

La mezcla entre el aroma
del sufrir y el deseo:
sufrir por quererte y que
 tú lo hagas más, espero.

Me sacabas las sonrisas
más bonitas de este mundo;
demasiado fría para
este pobre vagabundo.

Como rosa luminosa,
 con voz dulce, encantadora,
 clavaste la espina más larga
en lo más profundo de mi alma.

Pero hoy que vives junto a mí
voy a amarte más que ayer,
más que nunca en esta vida,
como jamás me atreví a hacer.

Lo que importa es el presente,
el futuro nos viene igual,
el pasado ya pasó:
 voy a amarte más que al mar.

Sin que la rosa se marchite,
 sin que la llama se apague,
viviremos como hoy siempre
hasta que la muerte nos separe.

Estela López de la Paz / 1º Bachillerato B

 NUEVA ESPERANZA

Imposición de una nueva situación,
situación de incertidumbre
llegó la maldad acechando a la muchedumbre,
tomando las calles como nueva posesión

Nuevo enemigo, nueva vida,
la ciudad desierta está,
tranquilidad, amiga querida,
todo a la normalidad volverá

Días de soledad,
momentos difíciles
escuchando el sonido del silencio

por la ausencia de civiles
pese a esta realidad
un futuro apacible presencio

Como primavera la esperanza germina
perfumada con una nueva ilusión,
nos insinúa con gran emoción
que pronto nuestro desvelo termina

Vidas desbordando realidad
deseando un nuevo mañana
despierta la solidaridad
desde cada área urbana

Desconocido amanecer
que traerás la calma
gozo ya de tu resplandor

nos devolverás el alma
y volveremos a florecer
sin un peligro amenazador

Daniel González Hernández. 1ºBachillerato A


ALGO DENTRO DE MÍ

Tan poco tiempo
que tengo sargento,
yo no invento
solo hablo aquello,
que para mí es bello
destruyendo lo perfecto,
dando un efecto
a  una vida en mis textos.

Me refugio en la oscuridad,
me exilio de la claridad,
por motivos de una verdad,
aquella que no avanza
en mi realidad,
ahogando la razón
y mi capacidad,
inocencia que se esfuma
con gran facilidad,
por rabia que me consume
con velocidad,
disparando a mi pecho
matando mi libertad.

Brian Pérez Pérez, 1º Bachillerato C