martes, 12 de diciembre de 2023

LA CONTAMINACIÓN LUMÍNICA Y LAS PARDELAS


 Como cada año, Canarias es lugar de anidación y reproducción de la Pardela Cenicienta, la conocida “guañaguaña”, que lleva todo el año en alta mar. Este proceso ocurre entre mayo y junio, cuando las parejas, que son monógamas y duran toda la vida, ya se han encontrado y el nido ya se ha montado. Los huevos tardan 55 días en eclosionar, por lo que nacen entre julio y agosto. Después de nacer, los padres los alimentan durante dos meses y posteriormente se vuelven a alta mar. De esta forma, el pollo, al no recibir alimento por sus padres, se lanza también al mar, ya que en su proceso migratorio solo pisan tierra para anidar. En este punto es donde encontramos el problema, debido a que la pardelas con las luces de las ciudades se desorienta y acaban cayendo en tierra, donde son muy torpes y no pueden alzar el vuelo. Por esta razón entre el 15 de octubre y el 15 de noviembre se hacen campañas de recogida de lugares como carreteras, casas o cualquier sitio en que el se haya podido caer, para posteriormente liberarlas en sitios en los que sí pueden alzar el vuelo (todo esto por la forma de su cuerpo y sus patas, que están desarrolladas para ser excelentes en el mar, pero que en tierra necesitan cierta altura desde la que tirarse para planear). En esta última campaña, el centro de recuperación de fauna La Tahonilla registró unas 2300 incidencias en Tenerife, que siguieron este mismo proceso; recogida, ayuda médica si se necesitaba y suelta. Por lo que se puede entender que no es un problema pequeño, sino de magnitudes preocupantes, además de que se cree que son solo el 40% de las que caen las que son recogidas, el resto posiblemente mueran atropelladas o depredadas por especies exóticas introducidas como gatos, ratas o perros. 

Por todo esto, a partir de los meses de verano se empieza a hacer precampañas de sensibilización para dar a conocer esta realidad que se vive en Canarias. 

Las soluciones que se dan para este problema son de carácter preventivo y buscan concienciar; se debe intentar reducir el uso de luminaria innecesaria, tanto a nivel individual como nivel comunitario (de esto se deben encargar todas las administraciones) y conocer como individuo el procedimiento que se debe seguir para, si se encuentra una, saber qué hacer: Se debe llamar al 112 o al 900 28 22 28 e intentar que esté lo más tranquila posible, para esto es recomendable meterla en una caja de cartón, aunque se debe intentar manipular con las manos lo menos posible. Después de esto, personal cualificado vendrá a buscarla y se la llevarán.

Estas soluciones realmente son sencillas y eficaces; gestos como apagar luces exteriores pueden salvar la vida de muchas aves marinas, además de insectos, murciélagos, etc. Por lo que, siendo conscientes de esta situación, considero que debe ser precisa la actuación de todos los canarios para preservar esta especie tan bonita y simbólica de las islas

 Natalia Viera, 2º Bach C

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