domingo, 31 de mayo de 2020

ESTUDIANTES DE 1º BACHILLERATO CUENTAN SU EXPERIENCIA


El tiempo del confinamiento

Desde el día 15 de marzo que se declaró el estado de alarma y por lo tanto, entraron en vigor las medidas de confinamiento, han surgido varios temas que nos han dado qué pensar de la situación actual. Todo este largo periodo no ha sido fácil, hemos tenido que pasar por diversas dificultades para sobrellevar esta pandemia mundial, pero dentro de lo que cabe nos ha ayudado a ver las cosas desde otra perspectiva más positiva.  A continuación, intentaré dar respuesta a las siguientes cuestiones: ¿La cuarentena ha sido tan mala después de todo?, ¿volveremos a la normalidad?, ¿deberíamos saludar a la gente de confianza con un abrazo en vez de mantener la distancia?

Al principio de la cuarentena, estaba tranquilo, pensando que todos y todas nos tomaríamos las medidas del gobierno de forma tajante y así volver en cierto modo a la normalidad, pero con las medidas iniciales no tan severas, se vio que no se contuvo la propagación del virus y el gobierno tomó medidas más drásticas, para intentar controlar el incremento de contagios y muertes. A medida que avanzaban los días, intentaba encontrar alguna cosa en la que entretenerme, viendo la tele, leyendo, jugando con videojuegos… pero seguía estando aburrido a la vez que cansado de no hacer nada productivo y me hice una pequeña rutina para mantenerme ocupado. Después de casi un mes encerrado, sentí cierta ansiedad, ya que nunca había estado tanto tiempo sin salir de mi casa, sumado a que vivo en un piso y la falta de un espacio abierto, como un jardín se nota en estas situaciones. Además, mis padres tuvieron que trabajar durante todo este periodo de cuarentena, menos mal que tengo una hermana y mi abuela que vino de Gran Canaria, porque si no lo hubiera pasado mucho peor. Según pasaban los días me fui dando cuenta de la dimensión de esta pandemia, pues el número de afectados y fallecidos por las consecuencias provocadas por el virus iba aumentando de forma exponencial. En ese momento, observé que los más vulnerables a esta infección eran nuestros mayores, siendo el porcentaje de mortalidad en el grupo de edad mayor de setenta años muy alto. Además, como nosotros los jóvenes no somos de riesgo, pero sí podríamos ser asintomáticos y ser vectores de transmisión, debíamos ser solidarios con aquellas personas más débiles, cumpliendo de la mejor manera posible el confinamiento.

A fin de cuentas, me he adaptado y he hecho muchas cosas productivas, como conocer a mis vecinos mejor, a algunos de ellos ni los conocía. Me he enriquecido de numerosas anécdotas de mi abuela cuando era joven, que si no fuera porque estuvimos en confinamiento nunca me las hubiera contado. He hecho deporte aunque dentro de mis posibilidades, ya que suelo trabajar con ejercicios aeróbicos en los que necesito espacio. Además, creo que muchos países han dado a conocer un estilo de vida más saludable y sobre todo más limpio, como en el caso de los canales de Venecia, normalmente atestados de turistas en góndolas y la contaminación causada por los motores de las lanchas, ahora lucen aguas más claras y transparentes donde se puede ver absolutamente de todo, incluso los residentes más veteranos que se arriesgaron a salir de sus casas y pudieron observar el magnífico panorama de la ciudad. Dijeron que las aguas se veían tan limpias como en el período de la posguerra, cuando aún era posible bañarse en los canales.

Completamente seguro de cómo estaba la situación, seguí investigando en internet sobre ello, aunque me gusta ver las noticias, donde me pueden dar los datos necesarios para satisfacer mi necesidad de informarme sobre el estado de nuestro país, las quito ya que cada vez que hablan sobre el tema me pongo nervioso, porque en mi opinión exageran de forma verbal la situación. No obstante, hasta que no tengamos una vacuna efectiva y probada para no dañar la salud de ninguna persona, no es seguro que podamos seguir con nuestra vida anterior a la cuarentena.

En conclusión, aunque ha sido y está siendo un gran problema desde el punto de vista sanitario y económico, esta pandemia provocada por el COVID-19 en algunos aspectos nos ha enseñado a descubrir facetas de nuestra vida que probablemente no hubiéramos experimentado. Aunque ya podemos salir de forma regular y relacionarnos con los demás, no debemos bajar la guardia pues en cualquier momento podría reaparecer el problema y causar daños inimaginables. Por último, se debe  recordar las premisas que pueden acompañarnos durante bastante tiempo todavía:  dos metros de distancia y lavarse las manos frecuentemente.


Carlos Viera Sánchez  1º Bach. B

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