miércoles, 27 de abril de 2022

 

El coste de la vida

            Antes de terminar el año 2021, empezó la escalada de precios debida principalmente al coste de la energía. Ya en el año 2022, los precios de la energía eléctrica y de los combustibles, ha seguido escalando precios. Si a esto se le suma la guerra en Ucrania y una huelga en el transporte en España, ha sido la tormenta perfecta para la grave inflación a la que estamos sometidos.

La pérdida de poder adquisitivo en las familias es cada vez mayor, ya que la carestía de los productos de consumo ha subido mucho más del doble que la subida de los salarios. Si comparamos los precios de hace unos meses hasta ahora en el mismo supermercado, nos damos cuenta de las subidas desorbitadas de los mismos. Debido a la huelga de transporte, se ha llegado al desabastecimiento de productos frescos, pero claro está, los transportistas no podían cobrar lo mismo de transporte de mercancías y además, se presentó de por medio el abusivo precio del gasoil. No obstante, se ha llegado a un acuerdo entre los transportistas y el gobierno para la reducción de precios en el combustible.

Por otro lado, no nos habíamos dado cuenta de que la mayoría de granos para las harinas (pan, gofio, etc.) procedían de Ucrania, por lo que este aspecto no nos ha favorecido desde ningún punto de vista. Los precios desorbitados del aceite de girasol, por poner un ejemplo, se vieron favorecidos porque muchos ciudadanos hicieron acopio de cantidades abusivas de aceite, sin pensar un poco en los demás. Lo que pasó en su momento con el papel higiénico al comienzo de la Covid-19, se repite ahora con el aceite de girasol, y en general con todo.

La luz y los combustibles, que son de uso diario, empobrecen más a los menos favorecidos, por lo que la clase media, si sigue esto así, dejará de existir, es decir, los pobres cada vez serán más pobres, y los que son de un estatus social más alto, no les estorbará tanto esta subida de precios. La comida es una necesidad diaria y desafortunadamente, es lo que más ha subido, al igual que los combustibles. Por ejemplo, un pantalón o una camisa dura lo que tenga que durar, sin embargo, la comida, la luz y el transporte, es una necesidad diaria.

En conclusión, se espera pacientemente en un final a esta grave situación que nos afecta a todos, para que finalmente vuelva todo a la normalidad, o que por lo menos haya un equilibrio que no afecte tanto esta situación en general.

 

Elisa Rostro García, 1º Bach A

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