Eliana Dukelsky nació en Buenos Aires en 1982. Tras vivir unos años en Francia, se instaló en España, donde reside actualmente. Es licenciada en Comunicación Audiovisual, en Teoría de la Literatura y Literatura Comparada y posee un Máster de Español como Segunda Lengua. Desde hace varios años trabaja como profesora de dos Másteres Internacionales en Fundación para la Investigación y Desarrollo de la Cultura (FIDESCU). Su primer libro de aforismos, La lengua o el espejo, resultó ganador del II Premio Internacional José Bergamín de Aforismos que convoca la editorial Cuadernos del Vigía. Posteriormente publicó su segundo libro de aforismos, Crianza (Cuadernos del Vigía, 2018). Electra destronada (Prensas de la Universidad de Zaragoza, 2021) es su tercer libro de género híbrido, el cual mezcla aforismos, fragmentos y poemas en prosa.
Sus
textos han aparecido en diversas antologías como Bajo el signo de Atenea.
Diez aforistas de hoy (Renacimiento, 2017), Verdad y Media. Antología de
aforismos españoles del siglo XXI (La isla de Siltolá, 2017), Concisos.
Aforistas españoles contemporáneos (Cuadernos del Laberinto, 2017), Para
una teoría del aforismo (Ediciones Trea, 2020), o Spanischsprachige
Aphorismen (hochroth Heidelberg, 2021), antología bilingüe español-alemán,
entre otras; y en cuadernos como “Geografías del aforismo” creado en febrero de
2022 a raíz del ciclo Encuentros en TEA (Tenerife Espacio de las Artes).
Ha aparecido en programas de RNE, y revistas como El Cultural, Turia, Nayagua, Festival Eñe, Culturamas y Zenda, entre otras. Además, ha participado en ciclos y congresos como “Mujeres, escritura y crítica literaria”, “I Congreso Nacional de Aforismos”, celebrados ambos en la Universidad Complutense de Madrid; o en “I Jornadas transatlánticas sobre aforismo en español: México” celebradas en la Universidad de Granada.
Recientemente participó en el Ciclo Voces del aforismo contemporáneo en la Feria del Libro de La Laguna.
- Participó en la Feria del libro de La Laguna, ¿cómo describiría su experiencia? ¿Cuál fue su momento más destacable?
Fue una experiencia muy bonita. Es cierto (por lo menos en mi caso) que el trabajo con la escritura es solitario y está lleno de dudas. En ese sentido, este tipo de encuentros anima e inspira a escribir. También hace que se reflexione sobre la propia escritura. Tengo que decir que Sergio Barreto, el conductor de nuestra charla, hizo preguntas realmente interesantes sobre el aforismo y el proceso de escritura. Algunas de ellas no me las había planteado hasta ahora. Eso también ayuda a entender mejor lo que uno escribe.
No puedo destacar un momento concreto porque disfruté mucho de todo el Ciclo: del reencuentro con Bruno Mesa y Sergio García Clemente, dos escritores a los que admiro mucho; conocer en persona a Benito Romero, que ya conocía a través de sus libros; conocer a autores geniales como Pepa Alemán o Belén Lorenzo; tener la oportunidad de charlar con todos ellos, y seguir compartiendo.
- Sabemos que estudió comunicación audiovisual, ¿diría que le ha influido en su manera de escribir?
Es cierto que mi amor por el cine se refleja en algún aforismo, pero no creo que haya sido una gran influencia en mi escritura. Comencé a estudiar Comunicación Audiovisual porque a los 18 años creía que quería ser directora de cine. Pero al poco de empezar la carrera me di cuenta de que el cine era una afición para mí, una afición hermosa y que me aportaba mucho, pero que no era mi verdadera vocación, como siempre había sido la literatura. Cuando entendí esto, decidí estudiar Teoría de la Literatura y fue la carrera que le dio el impulso definitivo a mi escritura.
- ¿Cuándo y cómo se aficionó a la escritura? ¿Ocurrió algún evento que la impulsó a escribir? ¿Cuándo decidió que quería ser escritora?
Comencé a escribir desde muy pequeña. La casa de mis padres siempre estaba llena de libros, mis padres eran grandes lectores y yo también lo era desde pequeña. La lectura me llevó de forma natural a la escritura. Recuerdo a los ocho años crear una revista artesanal con unas amigas, escribir una novela por entregas dentro de esta revista, también escribía un diario, y cuentos.
Mientras hacía Comunicación Audiovisual hice varios talleres de relato. Pero cuando realmente decidí tomarme la escritura en serio, como dije antes, fue estudiando Teoría de la Literatura, inspirada por los profesores y los compañeros, por esas lecturas que nos recomendábamos, que nos descubríamos los unos a los otros, y esos primeros textos que comenzábamos a escribir y a recitarnos.
- ¿Cómo descubre por primera vez los aforismos? ¿Cuándo se da cuenta de que se quiere dedicar a escribirlos?
Descubrí los aforismos leyendo la poesía de Alejandra Pizarnik. Me fascinaron sobre todo los poemas que se encuentran en Caminos del espejo o El árbol de Diana, poemas muy cortos, de apenas un verso, y que contenían (en esa brevedad) una profundidad inusitada para mí. No sabía que un texto tan breve podía ser tan profundo a la vez. Esa poesía me llevó a escribir los textos breves que un gran amigo (Juan Gómez Bárcena) definió como aforismos. A partir de ese momento comencé a explorar el género, a leer las greguerías ramonianas, tan poéticas y lúdicas; los aforismos reflexivos y metafísicos de Lichtenberg y de Cioran; los diarios de Jules Renard. Y fueron esos tres ejes: el poético, el reflexivo y el biográfico los que inspiraron y vertebraron mi escritura aforística.
- ¿Quién es su mayor inspiración dentro del género? ¿Qué cree que hace a los aforismos un género único y necesario en la literatura?
Alejandra Pizarnik fue mi primera gran inspiración, también los proverbios y cantares de Antonio Machado, la poesía de Pessoa, las greguerías ramonianas, los aforismos de Cioran, de Jules Renard; y en cuanto a los aforistas más contemporáneos: Miguel Ángel Arcas, Erika Martínez e Isabel Bono, que hacen un tipo de aforismo muy poético.
Respondiendo a la segunda pregunta, me atrevo a decir que los aforismos son la propia inspiración poética; o que la inspiración poética es de corte aforístico. Los aforismos son pensamientos intuitivos, relámpagos poéticos y cognitivos, que son el germen de la creación. En ese sentido, surcan todos los géneros poéticos y pueden adoptar múltiples formas.
Pero el aforismo no es solo esa lucidez del pensamiento sino también la forma de expresarla, otra de las cosas que lo diferencia de otros géneros: esa brevedad e intensidad formal, y la profundidad de su contenido.
- Aparte de los aforismos, ¿qué otro tipo de géneros ha escrito?
José Bergamín decía que el aforismo era para él el género fuente, el género del que partían, se creaban, los demás géneros. Es lo que ocurre también en mi escritura. En mi último libro (Electra destronada) el aforismo se ha extendido y vuelto a veces más narrativo otras más poético, creando otras formas como el poema en prosa, el fragmento o la nota de diario. Formas todas que conviven y dialogan con el aforismo para contar una determinada historia.
- ¿Tiene algún proyecto en mente o de próxima publicación?
Estoy terminando una novela fragmentada; y, de forma paralela, comenzando otro libro de aforismos.
- En sus aforismos ¿utiliza sus experiencias propias como base e inspiración literaria o se guía más por sentimientos y vivencias más generales?
Sí, mi creación tiene una fuerte base biográfica.
Hay una cita que me encanta de Javier Recas, que ha escrito un libro sobre filosofía del aforismo, que dice que: “estamos hechos de fragmentos laboriosamente enlazados, de rupturas e intermitencias, de instantes irrepetibles que forjan la memoria de nuestro fluir temporal”. La escritura aforística me ha dado la posibilidad de extraer esos fragmentos que somos, trabajar poéticamente con ellos, y ponerlos a dialogar en busca de ese enlace, del sentido de ese diálogo interno, que tiene mucho que ver con la búsqueda de la identidad.
Ramón Eder dice que el aforismo es un diario sin fechas; y Carlos Marzal, una autobiografía abreviada. Estoy bastante de acuerdo con ellos.
- Como escritora del siglo XXI, ¿cree que son necesarias las redes sociales como autora?
No sé si son necesarias para todo el mundo. Para mí son una buena herramienta de comunicación y conocimiento. Las redes sociales me dan la posibilidad de comunicarme con mis amigos escritores, conocer a autores que admiro, también a los nuevos autores que están escribiendo en este momento, los libros que se publican, leer sobre ellos… Es mi vía de conexión con el movimiento literario actual. Y también una vía para dar a conocer mi trabajo literario.
- ¿Cree que las redes sociales ayudan o perjudican a la literatura y, en concreto, cree que la ayudan o la perjudican a usted?
Pueden ser buenas herramientas, como
digo, de comunicación y de encuentro. Pero creo que hay que saber usarlas. Hay
muchos espejismos en las redes, ideas equivocadas y mucha idealización.
Por otra parte, se publican muchísimos
libros al año en España y las redes sociales son el escaparate perfecto de
ello. Esto puede generar una cierta ansiedad a la hora de escribir, la idea de
que se tiene que publicar cada poco tiempo. Una ansiedad que, creo, viene muy
mal a la literatura. Creo que la literatura está en otra parte, tiene sus
propios tiempos y procesos, y no hay que forzarlos.
Creo que debemos ser críticos con las redes y entender qué nos puede ser útil de ellas y de qué debemos alejarnos.
- Para finalizar, ¿podría dedicarnos algún aforismo?
Hay sueños terapéuticos. Anoche soñé
lo cierto.
Muchas gracias
Carmen Rodríguez de Vera, 2º
Bachillerato C
Natalia Viera Ramos, 2º Bachillerato
C
Magnífica entrevista, chicas😘😘❤️
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