El pasado 13 de noviembre tuvimos la conocida “fuga de San Diego” originada por un grupo de estudiantes procedentes del Instituto Cabrera Pinto, en el año 1919, cumpliendo este año su primer centenario. Todo comenzó a raíz de que un profesor llamado Diego Jiménez Cisneros, quiso impedir que sus alumnos asistiesen a la romería de San Diego, por lo que el día 13 de noviembre realizaba un examen en honor al día de su santo. Sus alumnos, un poco hartos de la situación, decidieron no asistir ese día a clase, e ir a la ermita de san Diego situada en la periferia de la ciudad de La Laguna.
Como ofrenda al Santo y simbolizando el suspenso que tendrían en dicho examen, llevaron una serie de calabazas, además de contarle los botones que tiene en su toga, buscando aprobar los futuros exámenes.
Esta tradición, se extendió a alumnos de todo el instituto y con el paso de los años, también al resto de instituciones de la localidad. Actualmente, esta tradición se sigue celebrando, aunque de una manera un tanto diferente puesto que una parte del alumnado prefiere descansar en lugar de trasladarse a la ermita y cumplir con la tradición.
Noelia Pérez Estévez 1 Bachillerato B.
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