Elías Falcón Báez 2º Bachillerato C
Otra vez 25 de noviembre, otra vez Día Internacional contra la Violencia de Género, otra vez lo mismo de siempre: tantas mujeres asesinadas a manos de sus parejas, campaña contra eso, campaña contra lo otro... y así año tras año. Pero, realmente ¿de que sirve? ¿Para informar? ¿El que? ¿De lo mismo que nos repiten en las noticias que ya estamos cansados de oír? La respuesta de muchos y muchas será que si bajase o desapareciese la violencia de género no se tendría que hacer esto ni escucharlo en televisión. Pues afortunadamente hay una manera de no tener que hacerlo y es simple, se llama educar en valores, en autoestima y en igualdad.
La gran causa de la violencia de género en una pareja es la falta de autoestima en una de las partes. Esa autoestima y esos valores son los que hacen falta que se eduquen y se enseñen muchísimo mas, especialmente porque es uno de los motivos por los que en los jóvenes españoles ha crecido y mucho el sentimiento supremacista del hombre sobre la mujer, que piensan que hay que tener celos para querer, que tiene que haber control para que haya amor, que no se debe ir vestida provocando a los demás...
Por otro lado, en días como este vemos las redes sociales llenas de mensajes como: "contra la violencia de género", "tolerancia cero", "no es no" y muchas cosas así, eso, en muchos casos, es postureo o tontería, por una simple razón; en las redes publican eso y,cuando las tratas con ellas personalmente tienen conductas plagadas de micro-machismos de las cuales no se dan cuenta pero están ahí y las repiten día tras día asimilándolas como normales y es más, las enseñan a los demás. Esa es una de las cosas mas insoportables que hay en este mundo, por lo menos en mi opinión, la hipocresía ante temas tan sensibles y tan actuales.
Cabe destacar también, una apreciación personal, los hombres asesinados a manos de sus parejas. Que no se les da importancia porque son "casos aislados" o porque no tienen mucha relevancia. NO, señoras y señores, si queremos verdadera igualdad tiene que ser en TODO, en lo bueno y en lo malo, nos guste o no, porque la igualdad veraz no solo se consigue arreglando algunas cosas aisladas como que las mujeres cobren lo mismo que los hombres o que opten a los mismos trabajos, que también, sino que la igualdad auténtica, real, esperada y ansiada por todos se crea y consigue cambiando todas las conductas, desde los más pequeños hasta los mayores.
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